HESÍODO, Teogonía
Inspiradme esto, Musas que desde siempre habitáis las mansiones olímpicas; y decidme lo que hubo antes de aquellos (los dioses). Ante todo existió el Caos. Después Gea, la de amplio pecho, sede siempre segura de todos los Inmortales que habitan las nevadas cumbres del Olimpo. Por último, Eros -el más hermoso de los dioses inmortales- que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Erebo y la negra Noche. A su vez, de la noche nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada por el contacto amoroso con Erebo. Gea dio vida primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así siempre sede segura para los felices dioses. [...] Dio a luz, además, a los Cíclopes de soberbio espíritu, que dieron a Zeus el trueno y le fabricaron el rayo.